Hay personas a las que les resulta muy fácil sentarse con el ordenador en las rodillas, o con una libreta y un boli, y ponerse a escribir. Hay personas a las que les costará más hacerlo. Les costará encontrar el momento, no sabrán cómo empezar el texto, se distraerán... Sin embargo, tengamos práctica o no, lo hayamos hecho antes o no, seamos conscientes o no de lo terapéutico que es, todos sabemos escribir. Todos somos capaces de hacerlo. Se trata simplemente de empezar.
Debemos planteárnoslo como un ejercicio para crecer, para fortalecernos y para liberarnos de unas cadenas a las que no queremos seguir atados.
Se trata de escribir sobre lo que sentimos, lo que pensamos, lo que estamos viviendo. Tal cual. No hace falta que lo hagamos poético, armónico ni con rima. Simplemente se trata de expresar lo que sentimos, sin más, de ponerle palabras y extraerlas de nuestro interior para poder verlas y tocarlas.
¿POR QUÉ ESCRIBIMOS?
- El simple hecho de poner nuestras ideas en un papel es muy sanador y liberador. Es un método de desahogo emocional.
- Las palabras se las lleva el viento. Sin embargo, en la escritura las palabras permanecen ahí.
- Te invita a parar y a cuestionarte cosas sobre ti mismo. Muchas veces nos quedamos atrapados en el hacer. Hacer, hacer y más hacer, pero no nos paramos a preguntarnos qué estamos haciendo o para qué.
- La escritura nos aporta la sensación de orden. En nuestra cabeza las ideas están desordenadas, pensamos a demasiada velocidad, mezclamos temas... Cuando escribimos damos forma a todo eso.
- Podemos reflejar y trabajar nuestros traumas y nuestra "mierda" interior.
- Es una buena herramienta para conocernos más.
- Podemos ver nuestros problemas con perspectiva. Podemos volver sobre nuestras preocupaciones días después, releerlas y verlas de otro modo.
- Puedes permitirte ser tú mismo. Es tu espacio de libertad. Puedes escribir lo que te dé la real gana, ser cien por cien honesto. Puedes dejar fuera los juicios y etiquetas.
- Crearás un bonito recuerdo al que volver años después. Te servirá para ver tu evolución y para refrescar la memoria con temas olvidados y que te definen.
CONSEJOS A LA HORA DE ESCRIBIR:
- Puedo escribir sobre lo que me apetezca, es una escritura libre. Puedo dejar que fluya la inspiración.
- ¿A mano o a ordenador? Todo vale, a cada uno como le guste más. Aunque tengo que reconocer que prefiero la escritura en papel. Además, los diarios tienden a manosearse, podemos subrayar, colorear, pegar notas, fotos... Escoge una libreta bonita, que tenga algo especial para ti, y hazla tu compañera de viaje.
- Tengo tiempo. Con quince minutos al día ya tenemos una buena escritura. Sería ideal encontrar "mi momento", siempre la misma hora del día para que sea más fácil crear el hábito.
- Cuidaré mi momento de escritura. Será mi momento agradable. Puedo encender una vela, hacerme una infusión, hacer unas respiraciones antes de empezar, poner el móvil en silencio... Te recomiendo que lo hagas desde el disfrute, no desde la autoimposición. Si no lo disfrutas, si no lo vives como tu momento agradable, es mejor no hacerlo.
- Aunque haya temas que no me apetezca escribir, me dejaré llevar. Estaré abierto a escribir sobre cualquier cosa, sin tener miedo a las emociones que puedan salir.
- Escribo para mí. Escribo como si nadie lo fuese a leer, así que mi escritura no tiene filtros, escribo lo que quiero y como quiero. Dejo de lado el perfeccionismo.
- Seré persistente, voy a conseguir hacerme amigo de la escritura. Seguiré intentándolo.
- Me acostumbraré a releerme, a dejar mis textos reposar y volver después a ellos, a leer en voz alta, a analizarme y a sacar mis propias conclusiones.
Si quieres ir más ligero e incorporar a tu vida una nueva herramienta de gestión emocional...
¡Coge papel y boli!
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